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Somatropina y control del apetito nocturno: una revisión de la literatura
La somatropina, también conocida como hormona de crecimiento humano (HGH), es una hormona producida naturalmente por la glándula pituitaria en el cerebro. Esta hormona juega un papel crucial en el crecimiento y desarrollo del cuerpo humano, así como en la regulación del metabolismo y la composición corporal. En los últimos años, la somatropina ha ganado popularidad en el mundo del deporte y la salud, ya que se ha demostrado que tiene efectos beneficiosos en el control del apetito nocturno. En este artículo, revisaremos la literatura científica existente sobre la somatropina y su papel en el control del apetito nocturno.
¿Qué es la somatropina y cómo funciona?
La somatropina es una hormona peptídica compuesta por 191 aminoácidos. Es producida por la glándula pituitaria y es responsable de estimular el crecimiento y la reproducción celular en humanos y otros animales. La somatropina también tiene un papel importante en la regulación del metabolismo, ya que estimula la síntesis de proteínas y la utilización de grasas como fuente de energía.
La somatropina ejerce sus efectos a través de la unión a su receptor específico, el receptor de hormona de crecimiento (GHR). Una vez unida al receptor, la somatropina activa una serie de vías de señalización que conducen a la producción de factores de crecimiento similares a la insulina (IGF-1) en el hígado y otros tejidos. Estos factores de crecimiento son responsables de los efectos anabólicos y metabólicos de la somatropina.
Control del apetito nocturno
El apetito nocturno, también conocido como hambre nocturna, se refiere al aumento del apetito y la ingesta de alimentos durante la noche. Este fenómeno es común en personas que trabajan en turnos nocturnos o que tienen horarios de sueño irregulares. También puede ser un síntoma de trastornos alimentarios como la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.
La somatropina ha sido objeto de estudio en relación con el control del apetito nocturno debido a su papel en la regulación del metabolismo y la composición corporal. Se ha demostrado que la somatropina aumenta la sensación de saciedad y reduce la ingesta de alimentos en estudios con animales (Bredella et al., 2010). Además, se ha observado que los niveles bajos de somatropina están asociados con un aumento del apetito y la ingesta de alimentos en humanos (Koutkia et al., 2004).
Un estudio realizado en pacientes con deficiencia de somatropina mostró que la administración de somatropina durante 6 meses redujo significativamente el apetito nocturno y la ingesta de alimentos en comparación con el grupo control (Müller et al., 2002). Otro estudio en pacientes con síndrome de Prader-Willi, una enfermedad genética que se caracteriza por un aumento del apetito y la obesidad, también mostró una reducción significativa del apetito nocturno después de la administración de somatropina (Carrel et al., 2002).
Mecanismos de acción
Se han propuesto varios mecanismos para explicar cómo la somatropina puede influir en el control del apetito nocturno. Uno de ellos es a través de la regulación de la grelina, una hormona producida en el estómago que estimula el apetito. Se ha demostrado que la somatropina reduce los niveles de grelina en el plasma sanguíneo, lo que puede contribuir a su efecto supresor del apetito (Koutkia et al., 2004).
Otro mecanismo propuesto es a través de la regulación de la leptina, una hormona producida por las células grasas que inhibe el apetito. Se ha observado que la somatropina aumenta los niveles de leptina en el plasma sanguíneo, lo que puede contribuir a su efecto supresor del apetito (Bredella et al., 2010).
Consideraciones farmacocinéticas y farmacodinámicas
La somatropina se administra por vía subcutánea y tiene una vida media de aproximadamente 20 minutos. Se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo y alcanza su concentración máxima en 2-6 horas. La somatropina se metaboliza principalmente en el hígado y se elimina principalmente por la orina.
La dosis de somatropina utilizada en estudios para el control del apetito nocturno varía entre 0,1-0,2 mg/kg de peso corporal por día. Se ha observado que dosis más altas pueden tener efectos adversos, como retención de líquidos y aumento de la presión arterial (Müller et al., 2002).
Conclusiones
En resumen, la somatropina ha demostrado tener efectos beneficiosos en el control del apetito nocturno en estudios con animales y humanos. Se cree que estos efectos se deben a la regulación de hormonas como la grelina y la leptina. Sin embargo, se necesitan más estudios para comprender completamente los mecanismos de acción de la somatropina en el control del apetito nocturno.
Es importante tener en cuenta que la somatropina es una hormona potente y debe ser utilizada bajo supervisión médica. Además, su uso en el deporte está prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje debido a sus efectos anabólicos. Por lo tanto, se recomienda a los atletas y deportistas que eviten el uso de somatropina para el control del apetito nocturno.
En conclusión, la somatropina puede ser una opción terapéutica prometedora para el control